estadisticas

miércoles, 27 de febrero de 2013

"Victoria en el Nanga Parbat"de Karl herrligkoffer

       
 Se anunciaba fin de semana con mala climatología y visto que no era buen momento para salir a la montaña, rebusque en mi biblioteca en busca de algún texto que al releer calmara mi ansiedad. El elegido fue "Victoria en el Nanga Parbat" de Karl Herrligkoffer, con el que me sumerjo de nuevo en la trágica historia de su conquista.

   La montaña desnuda como se denomina en urdu, el idioma local, fue descubierta a los ojos de los europeos en 1854 a través de un lienzo de Rudolf Schlagintweit, oriundo de munich  y que tres años más tarde moriría asesinado en Kashgar, dando así comienzo a la maldición del Nanga Parbat.


Albert F. Mummery
      Sera el británico Albert Frederick Mummery en 1895 quien dirigirá la primera expedición a la montaña,  alcanzando los 7000 metros por la vertiente del Diamir y desapareciendo poco más tarde junto con dos gurkas victimas de un alud.

       Los alemanes tras dos tentativas infructuosas en los años 1930 y 1931 en el Kanchenjunga dirigidas por Paul Bauer e  imposibilitados para acometer el Everest, al que solo se concede permiso a los britanicos, pondrán definitivamente sus esfuerzos y esperanzas de alcanzar la cima de una montaña de 8000 metros en el Nanga Parbat.

     La primera expedición tuvo lugar en 1932 y fue liderada por Willy Merkl, en la que a pesar de contar con grandes escaladores, su inexperiencia en el Himalaya, los malos planteamientos y el mal tiempo esa temporada les impidieron  avanzar más allá del pico Rakhiot.

    En 1934, de nuevo Willy Merkl dirige una nueva expedición a la montaña, bien financiados en esta ocasión por el nuevo gobierno nazi alcanzan los 7900 metros, pero una tormenta les hace retroceder, en la retirada perderán la vida por agotamiento el propio Merkl junto con Uli Wieland, Willo Wenzelbach y 6 sherpas.

Componentes de la expedición alemana de 1934 al Nanga Parbat

    Tres años después, en 1937, Karl Wien coge el testigo y lidera una expedición siguiendo la ruta de sus antecesores, ese año el avance es lento debido a grandes nevadas y el 14 de Junio tiene lugar el mayor desastre acaecido en el Himalaya, un alud barre su campo IV, llevándose la vida de 7 escaladores alemanes y 9 sherpas.

Karl Wien a la izquierda y miembros de su equipo tras la avalancha que sepulto el campo II en la expedición de 1937
 
      En 1938 regresan liderados por Paul Bauer, pero el mal tiempo reinante y los desastres ocurridos los años precedentes le hace tomar la decisión de abandonar.

      Al año siguiente un equipo de cuatro hombres entre los que se encuentra Heinrich Harrer, vencedor en la norte del Eiger. Intentan buscar una ruta por la vertiente del Diamir, pero son arrestados al estallar la segunda guerra mundial por el ejercito colonial británico y se les interna en un campo de concentración en las estribaciones del Himalaya. Tras cuatro años de reclusión logra huir con un compañero, estos hechos son relatados en el libro "Siete años en el Tibet", que en España publico la editorial Juventud.

En el año 1953 los alemanes regresan de nuevo a su montaña, el Nanga Parbat, la montaña de los alemanes, como así les gusta llamarla. Esta ya se ha ganado la trágica reputación de devoradora de hombres, treinta y uno han sucumbido en sus laderas tratando de alcanzar la cumbre, En Alemania es ya una cuestión de estado, no en vano se han derramado litros de sangre de la elite alpinista alemana en su conquista.
      Karl Herrligkoffer, cuñado de Willy Merkl se erige como organizador de una expedición germano-austriaca. Sin experiencia alpina, no cuenta con el beneplácito de los grandes clubs alpinos teutones, teniendo grandes problemas para enrolar en ella a alpinistas de prestigio, Heckmair y Rebitsch entre otros rehusan aceptar la invitación, finalmente logra la inclusión en esta de dos grandes escaladores austriacos, Herman Buhl y Kuno Rainer.

"Cuando mi cuñado Willy Merkl halló la muerte en la arista, bajo la plateada cresta del Nanga Parbat, yo no tenía más que dieciséis años. Me entristecí haber perdido a un hermano mayor, al cual tomaba secretamente por modelo, pero no podía comprender todavía lo que significaba luchar diez días y diez noches con la muerte, para sucumbir finalmente. Sólo en 1937, comprendí la trágica grandeza de su sacrificio, cuando otra vez murieron unos alemanes ante el Nanga Parbat, cuando siete expertos montañeros perdieron la vida en pocos segundos con sus nueve fieles sherpas. Entonces resolví desafiar a la suerte y emprender también yo, con un fuerte equipo, la tarea de vengar a todas las victimas del Nanga Parbat."



Herman buhl bajando de la cima del Nanga Parbat
  Y sera el gran Herman Buhl, escalador solitario, de conocido mal caracter y gran tenacidad, quien desobedeciendo las ordenes de descender ante la proximidad del monzón dadas por Herrligkoffer, abandona en medio de fuertes rachas de viento la tienda en el campo V a la 1 de la mañana.
         solo y sin oxigeno, alcanzara la gloria a las 7 de la tarde de un 3 de julio al lograr pisar la codiciada cima.
     En el descenso, la perdida de un crampón y el haber dejado el piolet como señal de su paso por la cima, le obligan a vivaquear sin equipo, regresando a la tienda en el campo V después de cuarenta horas de actividad.
 Logrando una de las mayores gestas en los anales del alpinismo mundial.

"A las 19´10 dejo la cumbre de la pirámide rocosa. El sol desaparece del horizonte, y aunque las rocas hayan almacenado el calor, el frío no tarda en dejarse sentir. Me parece demasiado difícil y peligroso bajar por la arista, así es que intento una travesía por el flanco de la montaña del lado del Diamir. He dejado mi piolet en la cumbre, así es que no puedo apoyarme más que en mis dos bastones de esquí, y esto ha estado a punto de costarme la vida. Me hallo en medio de la pendiente helada cuando, de pronto, se me suelta un crampón. Puedo cogerlo a tiempo, pero se me ha partido la correa.
  Me encuentro, pues, medio desherrado, como una cigüeña sobre una sola pata,en medio de la empinada pendiente, apoyado sobre mis dos bastones y sin saber como salir de allí. Con infinitas precauciones consigo llegar a un lugar rocoso. Estoy a 150 metros de la cumbre cuando la noche llega repentinamente. Apoyo mi cuerpo en la pared, de una inclinación de 50º, y paso la noche en pie.
Naturalmente mi equipo de vivac me hace mucha falta. No llevo más que un pulover ligero, el más grueso, el saco de tienda y todas mis otras prendas de abrigo han quedado en la mochila que he dejado bajo la primera cima".
 
El libro en cuestión, más allá de su valor histórico, para mi se lleva el aprobado raspado. Aunque es un libro como los que a mi me gustan, de lectura rapida, dedica gran parte del relato a la planificación y aclimatación, dedicandole solo un capitulo a la escalada en si. A mi manera de ver es de mejor calidad literaria y cuenta con una mayor información sobre el tema  la autobiografía de Herman Buhl "Del tirol al Nanga Parbat", que en 2001 publicó en castellano la editorial  Desnivel. 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario